Una exposición organizada, que no curada, por Abraham Cruzvillegas en la Galería Campeche
- POR EUGENIA CORREA
Este refrán advierte sobre la gran influencia que ejerce en el comportamiento o en las costumbres de alguien las compañías de los demás, ya sean buenas o malas. Y eso es algo que en la historia del arte siempre ha estado presente. No podríamos explicarnos, por ejemplo, a Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño sin su relación con el poeta Mario Santiago y tantos otros escritores que pasaron y tocaron su vida. La obra está entretejida con los amores (y odios) literarios del propio autor, por más ficcionada que intente ser la novela.
No, la obra no es el autor, pero sí tiene algo de él, y por ende algo de sus amigos, sus amores. Quizá esto es un poco el efecto de Aire Fresco en el Verano del Amor, una exposición “organizada”, que no curada, por Abraham Cruzvillegas en la Galería Campeche (Campeche 130 Roma Sur, Ciudad de México).
Justo lo que Cruzvillegas hizo al organizar fue “invitar” a sus amigos y con ese acto contarnos un poco de sus gustos y aficiones, su concepción de lo que es arte a través de la mirada horizontal hacia sus colegas, de con quiénes anda por la vida y lo hacen, de alguna forma, ser quién es.
“Es un proyecto, más que una exposición. El proyecto del que hablo es uno de afecto, un proyecto de cariño, de amistad entre colegas, entre pares, horizontalmente y de maneras transversales contradictorias, ineficientes, delirantes y estúpidas. Se llama amistad. Y no tiene ningún sentido, ningún objetivo, tema, técnica ni plataforma conceptual sólida, es solamente el amor que se tiene incondicionalmente, que es más que el amor que se tiene a la pareja, es amor que se tiene al amigo o la amiga. Y entonces convoqué a la gente que quiero,” comentó en recorrido para la prensa dentro de la galería.
Sin querer, porque claramente Cruzvillegas hizo un esfuerzo por no ser el foco de atención en esta muestra, dejando el escenario a sus amigos, éste termina por contarnos de sí mismo, y referenciar tangencialmente su propia obra, cuyo hilo conductor ha sido el concepto de la “autoconstrucción”, como el crecimiento de la mancha urbana, o de la propia personalidad tras los encuentros con “los otros”.
La reunión de estxs artistxs en un mismo espacio cuenta una trama más allá de lo manifiesto por cada obra de forma individual, es una conversación entre colegas. Las ideas se cincelan unas a otras, como en una cena entre amigos con mezcal de por medio, donde se comienza a conversar de una cosa y se termina discutiendo sobre otra completamente distinta, pero no importa: es la búsqueda de pasar un buen rato, apapacharse, amarse, disfrutar.
Así, en Aire Fresco en el Verano del Amor vemos esbozos de pláticas, borracheras, noches de baile en la ciudad entre amigos de Cruzvillegas, con choques estructurales y contraposiciones estilísticas. Pero a pesar de todo están ahí, unos y otros, por el común amor al arte, por la común amistad con el anfitrión.
Quizá lo más destacable de la organización de la exposición es el uso de la palabra amor, como un concepto que muchas veces escapa a la descripción, pero que se sabe fugaz como los romances de verano en la juventud. Encuentros y desencuentros que tejen la historia de las personas como individuos, como artistas, pero a la vez son parte de un informe sudario que se teje y desteje para los anales de la historia del arte.
En ese tono de contrastes amorosos, donde los polos opuestos se atraen, encontramos la obra de Milana Gabriel Conturbatio (2019), una caja de zapatos con los tacones de suela roja de la marca Louboutin, depositados en el suelo, la caja ha sido intervenida con el minivideo de una mujer cucaracha que habita el fondo bajo los zapatos caros. Una reflexión burguesa, sobre la propia burguesía a lo kafkiano. Ésta se encuentra al lado de la obra de Gustavo Rodríguez Valtierra Debajo del auto (2023), artista plástico y hojalatero, quien ve en pedazos de metal, en la talacha y en el esmalte para auto, una materialidad colorida y expresiva desde su condición de artefacto devaluado por los golpes y accidentes, que necesitan de las manos del hojalatero para volver a su forma y valor.
Entre esos amores diversos, también encontramos la fotografía de Eun Sol Lee Pigalle (2021), un pie, sostenido por un tacón de hueso integrado como una prótesis necesaria. La artista, quien también baila pole dance de manera profesional, nos cuenta Cruzvillegas, parece querer decirnos que la transformación física, la prótesis de tacón de aguja es indispensable para existir con “normalidad” en ciertos territorios.
Al otro extremo de la pequeña galería nos encontramos con una obra de Abraham González Pacheco, Desgajar el cerro (2023), una especie de iconografía pintada al fresco que nos recuerda hallazgos arqueológicos o cascajo de una demolición no aprobada por el INAH, algo que fue valioso pero ya corroído, producto de una colonización-gentrificación barbárica y destructiva. Por momentos también recuerda a esos trozos del acaecido muro de Berlín, que coleccionistas se llevaron como souvenirs, pedazos de graffiti que cuentan un pasado que ha tratado de olvidarse pero que sobrevive a pesar de los intentos de ser desmantelado. Tepalcate bello que nos hace reflexionar sobre el fin de civilizaciones pasadas; los múltiples esbozos de apocalipsis que vivimos en una vida, cascajo nostálgico y atesorable.
Además de estos artistas se presentan obras de Abraham Julian Togar, Alejandra Avilés, Andrés Garay, Ángel Marcano, Anousha Mohtashami, Ayako Sakuragi, Bayo Álvaro, Farah Taouza, Gabriel Morales Aquino, Guillermo Santamarina, Javier Carro, Jazael Olguin Zapata, Marcela Calderón Bony, Mónica Herrera, Obed Calixto, Rita Ponce de León, Sofía Bonilla Otoya, Sarah Konté y Wayzatta Fernández.
Así es la muestra que se expone ahora y hasta el 21 de octubre en Campeche 130, una “fotografía” de un momento de amor en el aparente sinsentido de la escena artística actual que, sin-querer-queriendo, nos revela los gustos delirantes de Abraham Cruzvillegas.
FOTO: Aspecto de la muestra colectiva Aire Fresco en el Verano del Amor, en la Galería Campeche, colonia Roma. Crédito de imagen: Ramiro Chaves @whitebalancemx vía Galería Campeche
Septiembre 23, 2023