Julieta Gil: ¿Quién mira a quienes miran?

En su trabajo, Julieta Gil devela el detrás de las estructuras simbólicas y materiales que sostienen los mitos fundacionales de la nación. La serie de relieves que incluye Detrás del águila y Detrás de los rampantes examina desde un ángulo oculto tres figuras alegóricas de la fachada del Palacio de Bellas Artes: el águila que domina la fachada oriente y los Rampantes, dos ángeles protegiendo a un hombre y una mujer. La documentación para esta serie fue realizada en la azotea del edificio, y se enfoca en la parte trasera de las figuras: la artista se interesa en lo que considera una disonancia entre el frente y el detrás, problematizando dónde estamos parados y qué se nos permite ver.

Gil continúa su exploración de las funciones del ornamento en una pieza clave de la exposición: Un collar monumental está hecho a partir de palmas fundidas en aluminio con arena, una técnica que hace eco al proceso de fosilización en el que Gil asume el rol de taxidermista. Introducidas en la Ciudad de México en la década de los cuarenta por mandato de Miguel Alemán, las palmeras transformaron rápidamente el paisaje urbano del México moderno como sinónimo de opulencia y de una ciudad en crecimiento. Sin embargo, desde el 2011 han sido devastadas por una plaga que amenaza con la extinción a la especie no-endémica. Al seleccionar y diseccionar una hoja de palmera cristalizándola para la posteridad, la artista rinde un homenaje a estas plantas, cuya muerte masiva es un recordatorio de cómo el cambio climático también acaba con estos símbolos, convirtiéndolos en fantasmas de la historia contemporánea.

Bajo forma de estandartes y esculturas, Transfigurado y Toy Soldier expanden la investigación de Los hombres ilustres (2021), video en el que Gil propone un nuevo acercamiento a los monumentos del Paseo de la Reforma, distorsionándolos en modelado 3D. Más allá de la voluntad de cuestionar o resignificar los símbolos, la artista los somete a una metamorfosis con el fin de reinventarlos a través del juego y la experimentación en la que, con humor, contrasta de forma inesperada escalas y materialidades. Los objetos que resultan de este ejercicio parecen plasmados en una etapa imprecisa de su evolución hacia lo desconocido, imaginando nuevas historias por contar. 

En su espíritu flâneur, con el video Memory Palace Gil busca construir un archivo personal y un espacio capaz de albergar memorias. Las flores que conforman los relieves y texturas de este no-lugar situado entre el paisaje y la caverna fueron fotografiadas durante sus paseos y posteriormente recolectadas en archivos fotogramétricos para modelar esta composición. La condensación de este registro remite a la manera en que la memoria, siempre imperfecta, altera y abstrae los recuerdos, evocando así una maleabilidad del tiempo que escapa a nuestra voluntad. Julieta diseña un espacio ficticio que permite la recolección y la conservación de avistamientos florales procedentes del plano físico, que podrían remitir al gesto tradicionalmente femenino del secado de flores, el cual doblega las leyes del tiempo al buscar la perennización de un elemento efímero por naturaleza.

La obra de Julieta Gil es un archivo que apunta hacia el futuro. Su trabajo preserva al mismo tiempo que revitaliza las estructuras históricas dentro del contexto contemporáneo, reflexiona con un enfoque crítico sobre sus verdaderos protagonistas y testigos, replanteando la interacción con nuestro entorno desde una nueva perspectiva.