Laberíntica, anidada contra I desire the strength of nine tigers (Deseo la fuerza de nueve tigres) (mayo 2021), esta escultura es como una destilación. Construida como un templo, más un zigurat que una pirámide, ésta nos invita a verla desde arriba y desde abajo. Mientras que al borde de la sala alguien más ha infectado el soporte de la arquitectura: un zodiaco, una colección de bestias refractadas. Animal, animación, circuito mitológico. Cadena celestial de la que florecen restricciones.
Formas como impresiones apretujadas (órganos y sexo, cabeza de gallo, garras de león/perro foo, serpiente anudada) secuenciadas entre intervalos como tartamudeos, como nuestra siempre mutable atención. Capas de recuperación, no hay nada en ese cajón, no hay nada en ese cajón, no hay nada en ese cajón1. ¿Qué es una historia creacionista de cualquier modo? ¿Acaso la madre de Mao está explicando el trastorno de una infante china que fue desplazada a Malasia? ¿O quizá, simplemente le tiene miedo a las serpientes?
¿Qué pasaría si los expresionistas abstractos estuvieran tramando algo? ¿Qué pasa si yo estoy o tú estás experimentando, somáticamente, a falta de toda explicación racional, aquello que Mao envió al arte? ¿Qué pasa si estamos recibiendo energéticamente el espíritu que él invocó al formar estas obras? Con sus manos, con su tacto, infundió estos fetiches con revelaciones que se liberan bajo la energía del ojo. Se siente así.
* Ron Padgett, “Nothing in that drawer,” in Great Balls of Fire (Minneapolis: Coffee House Press, 1990)