Desde la ventana de la galería que da a la calle se observa una estructura al interior. Excesos de proteína visual, protuberancias que al tacto son suaves y a la vista son rocosas. ¿Es acaso la materialización de un sentimiento queloide o son queloides los sentimientos que despierta en mí? Un queloide es el tejido residual de una herida provocada o accidental que deja una marca visible en la superficie de la piel. Las cicatrices de acné en la cara de mi mamá o el borde rosado y elíptico alrededor del ombligo de mi amiga donde alguna vez hubo un arete son dibujos adolescentes, relieves de un tiempo vivido.
En la exposición Sentimientos Queloides se reúne la obra de 11 artistas invitados a colaborar a través de la práctica del dibujo en un sentido amplio e incluso experimental. En el texto de sala Yope Projects menciona al dibujo como espacio físico y/o virtual, como un habitante, un espacio parasitario. Tan sólo mirando alrededor de la sala, la pregunta por aquello que llamamos dibujar se metamorfosea al grado que ya no resulta de gran importancia hacerla. Lo que se vuelve relevante es ir pasando los ojos por el borde como quien desliza la yema del dedo sobre la rodilla para recordar haberse caído de la bicicleta.
Al centro se halla Platelmintos de Sonia Bandura, suspendida por una cadena que parece haber emergido de su marco de zinc. Una forma con apariencia de tubérculo espacial imita los volúmenes de la roca caricaturesca de la cual pende; hay una dignidad en el grafito como materia en la que nunca había reparado hasta ahora.
“No hay dibujo que no sea temporal, frágil, instantáneo, en un estado de flujo. Estás mirando, actuando y reaccionando mientras piensas y sientes, tanto analíticamente como instintivamente. El dibujo en sí mismo es simplemente el residuo de tales relaciones”, dice la artista y escritora Amy Sillman. Pensar el dibujo únicamente como una práctica preliminar o como el paso anterior a proyectos más importantes es negar ese estado de flujo que se genera al hacer sin rumbo, al rumiar con las líneas y las sombras. He visto a otrxs dibujar distraídamente, absortxs en el placer de inventar.
Yope Projects, k99999, 2024. Cortesía de los artistas y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Las piezas k99999 y k99999(evil version) de Yope projects están hechas con tinta sobre piel sintética y son a la vez los dibujos hechos con pluma Bic en los cuadernos de mis amigos durante clases y los tatuajes rayados en los muslos o en el antebrazo de la paleta del escritorio. Está Sonic, la mascota de la desarrolladora de videojuegos Sega Enterprises y algunos personajes de manga que no reconozco.
Emilio Morales, Nube sad III y IV, 2023. Cortesía del artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Nube sad I y Nube sad IV de Emilio Morales son impresiones UV sobre acrílico, se utiliza mercurio, cuarzo o luces LED para secar la tinta en vez de calor, produciendo un efecto visual onírico y resbaladizo. Veo la tinta de la que están hechas estas nubes secadas por soles artificiales y no sé cuándo fue la última vez que las vi y les busqué la forma de perrito o de platillo volador, una actividad que sin duda conlleva algo melancólico.
Angela Ferrari, La hora de la siesta #10 y #7, 2022. Cortesía de la artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
Los dibujos de Ángela Ferrari son ensueños también, figurados quizá por el cerdito durmiendo plácido –sin adivinar que lo caza un galgo o que va rumiando entre el reverso blanco de un matorral–. Está el huevo de avestruz titulado Wrought de Marián Roma, casi flotando sobre una planicie, medieval y doméstico. En su piel de calcio se revela una eyaculación, el ala de un dragón y un corazón.
Marian Roma, Wrought, 2024. Cortesía de la artista y Campeche. Foto: Ramiro Chaves
La generación espontánea es una hipótesis obsoleta sobre el origen de la vida que sostiene que ciertas formas surgen de manera “espontánea” a partir de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de ambas. Nunca se obtuvo por método científico, pero se llegó a ella por evidencia visual. En la exposición Sentimientos Queloides esta hipótesis no es obsoleta, vuelvo a creer en el surgimiento de las formas, dándose a luz por sí solas.